La transformación de Fast a través del Trabajo en Equipo
Era una mañana cualquiera en Fast, una empresa mediana especializada en servicios logísticos. Carla, la gerente de operaciones, estaba preocupada. Las entregas se retrasaban, los departamentos trabajaban como si fueran islas independientes y tenían una alta rotación en el área operativa de picking, sin mencionar que los empleados solo intercambiaban palabras como si fuesen rivales obligados a ser cordiales, una “falsa amabilidad”, se podría decir.
Hasta que un día, mientras revisaba su atiborrada bandeja de entrada, vio el titulo de un correo que llamó su atención: «¿Y si convertimos a tu equipo en una fuerza unida?». Era un mail de ventas de una consultora de empresas que promocionaba una capacitación de trabajo en equipo.
Carla decidió leerlo mientras se hacia la pregunta ¿Cómo una simple capacitación podría resolver años de desconexión? Después de terminar la lectura, aunque con escepticismo, decidió intentarlo, ya que sus ganas de encontrar una solución la motivaron a atreverse.
El Día Uno: Rompiendo Barreras
Hasta que llegó el día. La sala de conferencias estaba llena de rostros tensos. Luis del área de TI estaba pegado a su teléfono (al igual que la mayoría), mientras Marta, de ventas, revisaba nerviosa su reloj. Entonces, facilitadores comenzaron con algo inesperado: después de un escueto “Hola como están”, le pidieron a cada uno de los participantes escribir en una tarjeta anónima lo que les frustraba de su trabajo.
Luego de unos minutos, (en donde se veían muchas caras dubitativas), todos habían terminado. Los relatores pidieron que dejaran las tarjetas en una especie de urna para luego comenzar a leerlas. Las tarjetas revelaron un patrón claro: “Falta de comunicación”, “Nunca sé qué esperan de mí”, “Siento que mis ideas no importan”, “Soy solo un número”.
Frente a esto, decidieron realizar el primer ejercicio, un rompehielos llamado “¿Quién soy fuera del trabajo?”. Los empleados compartieron una faceta personal desconocida para los demás: Raúl, de 50 años, era un aficionado a los videojuegos. Marta era maratonista, Luis era fanático de la fotografía. Risas llenaron la sala cuando Pedro, el gruñón del almacén, admitió ser un experto en pasteles.
Poco a poco todos se dieron cuenta que eran personas con algo en común aparte de pertenecer a la misma empresa, a todos les gustaba hacer algo, todos tenían una vida.
Lección del día: Las personas detrás de los roles importan, y es importante verlas.
El Día Dos: Construyendo un Propósito Común
El segundo día empezó con una pregunta: “¿Cuál es el propósito de Fast?”.
El grupo se dividió en equipos mixtos para discutir cómo cada área contribuía a la visión general de la empresa. Durante el ejercicio llamado “La Cadena de Valor”, los empleados tuvieron que construir un flujo ficticio para entregar un paquete en tiempo récord.
Luis de TI entendió cómo su sistema de gestión ayudaba a ventas, Raúl pudo ver por qué los vendedores ingresaban los pedidos luego del cierre y Marta comprendió por qué los tiempos del almacén eran cruciales. Por primera vez, las piezas encajaban.
Los facilitadores introdujeron metodologías para establecer objetivos claros y alcanzables para cada área, fomentando una visión compartida.
Lección del día: Todos los roles son esenciales para alcanzar un propósito común.
El Día Tres: Resolviendo Conflictos
Carla sabía que el verdadero desafío estaba en abordar los conflictos no resueltos. Los facilitadores introdujeron la técnica de “Comunicación Empática”:
- Escucha activa: Escuchar sin interrumpir y reflejar lo que el otro dice.
- Identificación de emociones: Nombrar lo que siente el otro (“Parece que esto te genera frustración”).
- Propuesta de solución: Trabajar juntos para encontrar un acuerdo.
El ejercicio clave fue un role-playing. Marta y Pedro, quienes siempre discutían sobre retrasos en los pedidos, simularon una situación real. Por primera vez, ambos reconocieron sus frustraciones mutuas: Pedro dependía de información que ventas no enviaba, y Marta necesitaba más claridad sobre los tiempos del almacén.
Lección del día: El conflicto no es el problema; la falta de diálogo lo es.
El Día Cuatro: La Simulación Final
El último día trajo el desafío más grande: una simulación en tiempo real. Cada equipo tenía que coordinarse para resolver un caso complejo: entregar un paquete urgente con errores en la dirección y problemas de inventario. El objetivo era aplicar las lecciones de los días anteriores.
El resultado fue sorprendente. En lugar de culparse, los equipos colaboraron, ajustaron procesos y lograron resolver el problema en tiempo récord.
Al final de la sesión, los facilitadores pidieron a cada participante completar una frase: “Hoy me siento…”. Las respuestas fueron reveladoras: “Motivado”, “Confiado”, “Parte de algo grande”.
Lección del día: La confianza y la colaboración generan resultados extraordinarios.
El Impacto: Más que una Capacitación
Dos meses después, Carla veía los frutos del taller. Las entregas mejoraron un 20%, pero lo más importante era el cambio en la cultura de la empresa. El cambio de actitud era evidente, las reuniones eran más productivas, los conflictos se resolvían con diálogo, al punto que habían disminuido muchísimo y los empleados trabajaban con una energía renovada.
Fast había aprendido una valiosa lección: un equipo unido puede superar cualquier desafío.
¿Y tu organización? ¿Está lista para construir un equipo con propósito y conexión?
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